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"Para Dios, nada es imposible" (Lc. 1,37)

domingo, 26 de diciembre de 2010

Junto a ti en el Portal


Hola… ¿puedes oírme? Escápate un momento y vamos a sentarnos juntos ante el portal…

Un Niño se nos ha dado… ¿Lo ves junto a sus padres? Que escena tan hermosa…Cuanta paz…
Vamos a ver si estos pastores nos dejan pasar para verle bien de cerca…Permiso…Gracias.
Agáchate que la puerta para entrar es pequeña…
Ya estamos, delante de Él…Míralo, está dormido… ¿Que le decimos sin despertarlo?  ¿Se te ocurre algo?
Algo así como:



Señor Jesús, que te acercas hoy al corazón de cada hombre; 
que vienes anunciando la Buena Nueva para todos; 
que cada hermano es tu sitio porque nos quieres así, como somos...
Una vez más, queremos asomarnos al misterio de tu vida; 
queremos volver a encontrarte en este portal donde la alegría y el perdón, las vacilaciones y la entrega se unen y te dan cobijo...
Un año más juntos, en torno a ti, en paz...
Un año más, el milagro, porque el brillo vuelve a nuestros ojos, la emoción a nuestros corazones y el temblor a nuestros labios...
Un año mas el deseo de contarte, niño chiquito, que seguimos aquí: esforzándonos cada uno en nuestro trabajo; creando con generosidad; saludando, con cierta benevolencia, cada día; defendiendo la alegría...intentando hacer, en definitiva, un poco más ancha esta vida...


                                      Giuseppe Maria Crespi - Madona con Niño Jesús domiendo


¿Que ofrecerte en el silencio de tu sueño, que año tras año nos sobrecoge?
Una sonrisa: por todas nuestras alegrías, ilusiones y anhelos...
Una lágrima: por todos los sufrimientos- los propios y también los ajenos.
Una esperanza: la de cumplir tu voluntad, aunque esta, una vez cada tanto, se entremezcle con la nuestra.
Una petición: por toda la humanidad. Este año sobre todo, danos Señor el pan que necesitamos, el pan que es signo de tu presencia pero también el de miga, ese que nutre nuestra existencia.
Un deseo: el que nos ayudes a conocernos mejor para poder vivir fraternalmente.
Una certeza: tú, que vienes a ser luz del mundo, serás luz en cada uno de nosotros, brillando en cada uno de manera propia, única, singular...


Dulce Niño de Belén...haz que este profundo misterio de la Navidad del que hoy gozamos nos acompañe siempre.
AMEN




No, no se ha despertado…Aunque seguro que nos ha oído y guarda ya  nuestras palabras en su corazón...

Vuelvo al bullicio, a la fiesta, al encuentro con los otros tras haber  disfrutado este rato contigo...Gracias por estar ahí. Feliz Navidad...

Te quiero mucho. Hasta el domingo





domingo, 19 de diciembre de 2010

Esperar

Hoy quiero regalarte el fragmento de una bella página, "Nuestra carta a los Reyes", del Cuaderno de la Dama de Otoño de Antonio Gala: 

"Queridos Reyes Magos: Se dice que cuando llegasteis a Belén conducidos por una estrella errante (lo cual no deja de ser una contradicción: aunque ¿que es el milagro si no eso?,os tropezasteis con el espectáculo mas frecuente del mundo: una mujer tenía un niño en brazos.
Siempre he dicho que no hay viajes maravillosos, sino viajeros maravillosos: donde cualquiera habría visto una vulgaridad, vosotros decidisteis ver a Dios. 


             La Adoración de los Reyes Magos (Giotto)


Y se os recompensó con un coro de ángeles, que los pastores ya empezaban a estar hartos de oír. Entonaba un canto hermoso y un hermoso deseo: 
              "Gloria a Dios en el cielo, 
     y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad"" 
          Antonio Gala (Cuaderno de la Dama de Otoño)



Me gusta la reflexión de Gala para prepararnos a vivir estas fiestas de Navidad...
Me gusta pensar que, quizá sin saberlo, en estos días nos convertimos un poco en Magos:
     porque entramos en ese momento del año en el que nos ponemos en camino, igual que lo hicieron ellos desde Oriente, quizá sin saber muy bien hacia donde, guiados por la ilusión...
    porque somos viajeros abandonados al misterio y nos dejamos llevar por él...
    porque se nos concede, una vez mas, la oportunidad de descubrir lo bello en los hechos mas cotidianos de nuestra vida...
    porque se nos obsequia con el don de poder encontrar la novedad en "lo de todos los días"...
    porque en nuestros cofres portamos la llave de esa alcoba del corazón en la que guardamos lo sentimientos mas hermosos...
    porque nos devuelven la capacidad de pensar en todos con ternura...
    porque se nos regala el gran privilegio de poder ser como niños...
    porque la añoranza de aquellos que ya no están con nosotros nos hace temblar mientras nos consuela la certeza de que nunca dejamos a nadie del todo...
    porque experimentamos que, de una u otra manera, regresamos a casa...
    porque nos abren los ojos para poder ver a Dios...


Quizá sea éste, el periodo del año que nos brinda la excusa para hacer de nuestro viaje en la vida una experiencia hermosa... 

Un año mas nos disponemos a esperar el milagro y quisiera disfrutar contigo estos días hermosos de espera...
Acaba de decir Benedicto XVI que "al hombre se le reconoce por sus esperas: nuestra "estatura" moral y espiritual se puede medir por lo que esperamos, por aquello en lo que esperamos"
Quiero esperar y después espero encontrarte junto al portal y ser feliz entonces contigo.

Te quiero mucho. Hasta el domingo





domingo, 12 de diciembre de 2010

Mirar a las estrellas

No sé si, alguna vez, te has encontrado en la difícil circunstancia de explicar a un niño algo que no quiere entender; no sé si, alguna vez, has tenido que explicar lo que ni tu mismo entiendes...
A mí me pasó una vez. Próximos a las fechas de Navidad, nuestra hija descubrió que los Reyes no existían; que no eran Melchor, Gaspar y Baltasar quienes se acercaban a su cama en una noche mágica para todos; que, de alguna manera, sus padres, esos seres infalibles que nunca podrían fallarle, no le habían contado lo que realmente pasaba...Cuando nos lo preguntó, con esa necesidad de que le dijéramos que no era verdad lo que le habían dicho, yo me quedé helada, paralizada, sin saber como explicarlo ni cómo justificarlo...


Aquella misma noche, empujada por la impotencia, le escribí  a mi hija una carta que quiero compartir contigo. 


"Querida María:
Esta noche, desde la estrella mas brillante que hay en el cielo, te hemos visto preguntar a tus padres si era verdad que nosotros no existíamos...Que habías oído en el cole que nosotros, Los Reyes Magos, no somos quienes os llevamos los regalos sino que son los papás quienes lo hacen...

Esta noche, desde la estrella mas brillante que hay en el cielo, te queremos contar nuestra historia: verás, hace mucho, mucho tiempo, guiados por una estrella llegamos a Belén y estuvimos con el Niño Jesús...Y fue ese Niño quién nos pidió que, cada Navidad, saliéramos de nuestra tierra y visitáramos a todos los niños del mundo para hacerles felices una noche...


Desde entonces, porque somos Magos, cumplimos con Su encargo pero, ahora que tu vas creciendo, queremos pedirte un favor: como hay muchos niños pequeños- ya sabes, mañacos, mañacos...-a los que tenemos que visitar y nosotros vamos ya para mayores, nos gustaría que nos ayudaras incorporándote a nuestro séquito de pajes. Si nos dices que sí, te pediremos que cada Navidad pienses por nosotros en un regalo para tus padres y para todos aquellos que amas; es decir, que tu seas el paje de tus padres, y también el de tu abuela y el de tus tíos y tus primos los pequeños...Y un día también el de tus hijos y hasta el de tus nietos...!Pero sin que nunca se enteren!
Has crecido y deseamos que te conviertas en uno de nuestros pajes maravillosos. Tu tarea será la de, en una de las noches mas hermosas del año, hacer que los demás sean felices. ¿Que te parece la idea?

Como sabemos que crees en nosotros, para contestarnos no hace falta que nos escribas. Igual que hemos hecho posible que mágicamente llegara este papel a tu cama, asómate hoy por la noche al porche de tu casa y búscanos en la estrella que brille más. Estaremos los tres esperando tu respuesta...

!Ah!, muy importante, no le cuentes el secreto de esta carta a los que no creen en nosotros porque no merece la pena. Guárdala, eso sí, para siempre en tu corazón.

Querido paje: Gracias. Te queremos mucho y siempre. 

                           Melchor, Gaspar y Baltasar"


Esa noche, nuestra hija salió al porche y, con lágrimas en los ojos pero la vista fija en su estrella, dijo a los Reyes que sí, que quería seguir creyendo en ellos, que contaran con ella para prolongar la ilusión durante generaciones... 
Esa noche, al verla, yo fui feliz. Me sentí reconciliada con la tarea de mantener la ilusión; me reafirmé en mi propósito de no renunciar al misterio, porque la vida, sin lo inexplicable, pierde su magia; me prometí para siempre convertir en lúcida la ingenuidad, para siempre seguir siendo niña y feliz.


Te quiero mucho. Hasta el domingo.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Ando preocupada sobre quien salvará el mundo...

Te escribo preocupada por la situación de emergencia que vive España desde el Viernes. Hay conflicto, alarma, desconcierto, incertidumbre, impotencia, casi diría que caos y no solo aéreo...


Unos reivindican, otros no aceptan, todos parecen querer imponerse...Y no hay acuerdo... 
Los medios anuncian, analizan, organizan debates y desencuentros, señalan culpables y víctimas...Pero solo hay confusión...
Los aeropuertos están llenos de "gente corriente" que planeaba tener unos días diferentes; les han cambiado sus ilusiones y sueños por la decepción, la indignación, el cansancio y hasta la furia... 
Quienes preparaban la acogida de tantos viajeros no han podido hacer mas que aceptar, con resignación, su ausencia...


Y yo, testigo impotente de todo ello, intento analizar qué es lo que está pasando, por qué hemos llegado hasta aquí, hasta donde vamos a llegar...Y mientras la razón escudriña esta sinrazón, mi corazón es  compasivo, simpatiza y sufre con los que son las víctimas últimas de este desencanto... 


Ante lo que nos toca vivir, me pregunto donde están tres herramientas, para mí básicas, a la hora de salvar cualquier conflicto:  la conciencia, la solidaridad, y la buena voluntad.
     Conciencia de que no estamos solos, de que no vivimos aislados, de que el yo es importante pero solo si tiene en cuenta el nosotros.
     Solidaridad para alcanzar a comprender que nada de lo que hacemos, incluido aquello que nace alumbrado por los deseos mas nobles, es ajeno al resto de la humanidad...Todos nuestros actos tienen sus consecuencias.
     Buena voluntad para persistir en el esfuerzo de hacer de este mundo un lugar habitable...


Ya en la calle, lejos de aeropuertos, ministerios y platós de televisión, la vida cotidiana me ha consolado con su prudencia, normalidad, esperanza, fe... 


No es solo España...Nos toca vivir universalmente tiempos convulsos...Si lo pensamos objetivamente, tenemos al mundo un poco enfermo.


En estas circunstancias me ha venido a la cabeza un poema de Borges: se llama "Los Justos". 
En un intento, quizás ingenuo, de ayudar a salvar el mundo en el que vivimos te regalo el poema: a ti, a todos los que sufren la contrariedad y a todos los que he encontrado hoy en mi cotidianidad...

"Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo."      
  
      "Los Justos" (Borges)

                            

Al final, estoy convencida, será su Presencia, tantas veces ignorada, quien salve el mundo...
No escribo mas...Prefiero también ignorarme y en la escucha de mi propio silencio, oír lo que tu me cuentas...

Te quiero mucho. Hasta el domingo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Evangelizar las emociones

Te contaba el  otro día que mi hija María llevaba un tiempo en casa con un dolor lumbar muy fuerte...Tras las pruebas pertinentes, el médico que la llevaba nos ha dicho que podría ser una enfermedad seria...Nos lo ha dicho después de molestarse en estudiar en profundidad el caso...Lo ha dicho basado en una de las posibilidades que la ciencia ofrece como respuesta a lo que le pasa a María...           Nos lo ha dicho con buena voluntad pero sin piedad.


Ante la noticia, como madre, me he sentido como quizá se sintiera la Virgen cuando, con José, llevó a su hijo al Templo a presentarlo al Señor y el Niño Jesús fue bendecido por el anciano Simeón...
Simeón le dijo a María: "Y a ti, una espada te atravesará el corazón..." (Lucas 2, 33-35)



Después han llegado otras opiniones médicas también cualificadas: esto no tiene ningún sentido, no hay datos para predecirlo, no estamos de acuerdo, quizá todo sea un problema de crecimiento... Estaos tranquilos...


También me ha llegado tu cariño, tu presencia constante, tus palabras, tus llamadas, tu preocupación, tu oración...Gracias.


Y también me ha llegado el pensamiento que un sacerdote querido expresó en una eucaristía: evangelizar las emociones...Gracias Pablo. Tu lúcida expresión me ha invitado a pensar...


Evangelizar las emociones...
En esta circunstancia que me toca atravesar, cuando he estudiado la enfermedad, he sopesado pros y contras del posible diagnóstico, he recurrido a los mejores expertos... ¿cuanto he evangelizado mis emociones? 
¿Como evangelizo yo la duda, la incertidumbre, la agonía...?  ¿Cuando me he creído, en mis horas de angustia, aquel "No temas que yo estoy contigo"? ¿Cuanto me ha consolado ese abandono en la Providencia porque "hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados"? ¿Cuantas veces me he creído aquello de "Mis caminos no son los vuestros..." ?




En esta experiencia difícil que me toca vivir, he descubierto que necesito evangelizar las emociones...
¿Y que es eso, me dirás...? Yo no lo sé muy bien, estoy empezando a descubrirlo pero...
Creo que no significa ignorar la realidad ni dejar de pelear por ella pero sí que nos invita a descansar, a confiar, a pensar y vivir que Dios es padre y madre...
Creo que no es ponerse una venda e ignorar las dificultades pero sí que es vivir con la certeza de que alguien mucho mas grande que nosotros está ahí y sabe lo que necesitamos... 
Evangelizar las emociones quizá sea pensar en el futuro, en lo que tendrá que venir, con la confianza del niño que duerme en las manos de su madre...
Creo que es aceptar que Sus designios, los de Dios, ciertamente no son los nuestros y que todo sucede para el bien de los que Él ama...
Creo que es hacerse niños para mirar con ingenuidad y confianza lo que nos rodea...
Evangelizar las emociones quizá sea dejar que la fuerza de la razón se deshaga al calor de la fe y de la esperanza...


Volviendo a la Virgen: ¿como viviría ella durante tantos años la predicción del anciano Simeón...?
Hoy, cuando empieza el Adviento, le pido a Nuestra Señora que nos ayude a vivir como ella lo hizo: sencillamente, en las manos de Dios, siempre dispuestos a hacer lo que Él nos diga...


Me gustaría que me contaras que es para ti evangelizar las emociones...Porque esa parte pagana que vive en mi alma necesita del bálsamo de tus certezas para, poco a poco, irse convirtiendo, tranquilizando, aliviando. Necesito de tu fe para vencer los miedos que me invaden. Necesito de tu confianza en Él para poder creer que todo va bien...


Te quiero mucho. Hasta el domingo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Les echo de menos

Es algo que ocurre cada mañana. Cerca de la casa en la que vivimos hay una iglesia en cuya puerta, como en tantas puertas de tantas iglesias, hay un mendigo.
Y cada mañana, cuando mi hija va al colegio, se produce el mismo ritual: se dan los buenos días, ella y el mendigo; y ella le pregunta a él si ha visto a su amiga, con la que queda para ir al colegio; y él le contesta a ella que aún no ha llegado pero que parece verla de lejos; y mi hija descubre, de repente, que se le ha olvidado la carpeta; y él le dice que vuelva a por ella y que le dirá a su amiga que espere; y mi hija vuelve corriendo a recuperar lo olvidado, y cuando vuelve con su carpeta a la puerta de la Iglesia, allí encuentra al mendigo con su amiga. Y las dos, dejan  a su mendigo en su soledad, con un "gracias" y "hasta mañana" que provoca sonrisas en los tres y también en mi que soy testigo a distancia...
Mientras tanto, estoy segura de que el Dios presente en la iglesia de nuestro mendigo, también sonríe al sentir que sus hijos son hermanos...

 Es algo que ocurre cada mañana y que nos da, a todos los que participamos en este ritual, la certeza de haber estrenado el día con cotidianidad, con apoyo, con seguridad, con alegría,...!Que importantes somos los unos para los otros!.
No se lo que pensarás tu de ello, pero nuestro paisaje cotidiano está hecho de presencias muchas veces imperceptibles pero imprescindibles. Y lo cierto es que, aunque nos "desconcierte" un poco, vivimos cohesionados los unos con los otros y dependemos unos de otros.Ya se lo contaba San Pablo a los Romanos:

            “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, 
             y todos miembros los unos de los otros”.  Romanos 12:5                                                                                                                                               
Somos muchos pero somos uno, somos distintos pero nos complementamos, nos ignoramos muchas veces pero nos necesitamos siempre...
Somos miembros unos de otros y somos un solo cuerpo.A esto le venimos llamando comunión. Y es un gran misterio: hay "algo" que nos comunica a los hombres entre si y, de la misma forma misteriosa, la comunión con los hombres se hace comunión con Dios.

Termino contándote que hace días que mi hija no va al colegio, un dolor fuerte de cadera le impide andar y la retiene en casa... Y hace días que tampoco veo al mendigo, ya no está apostado a la puerta de la Iglesia...A los dos les echo de menos.

Te quiero mucho. Hasta el domingo

domingo, 14 de noviembre de 2010

Somos hijos de santos

Maria Jesús, en su comentario del 1 de Noviembre, festividad de "Todos los Santos", nos decía que "somos hijos de santos" y con palabras de Pedro Poveda nos indicaba como actuar en consecuencia... Gracias Maria Jesús.

"Somos hijos de santos" ha resonado toda esta semana en mi corazón y en mi memoria ...La muerte reciente de la madre de Manuela y del padre de Isabel, dos grandes amigas mías que sé por lo que están pasando, quizá haya alimentado este pensamiento.               

"Somos hijos de santos" supongo que cada uno lo interpretará a su manera pero a mi me ha hecho volver la mirada a quien supo transmitirme el don de la fe: a mi padre, a mi madre y también, por que no, a Pedro Poveda y Josefa Segovia en la Institución Teresiana.

Ellos, además de la vida, me dieron el sentido profundo de la misma.
Si creo, es porque ellos lo hicieron primero; si intento cada día ser una buena persona, es porque lo aprendí de sus actos; si pido o agradezco o siento que nunca estoy sola, es porque ellos lo hicieron en su vida y yo fui testigo.

Pero, ¿que es ser santo?. No lo sé  explicar muy bien con palabras, aunque la santidad, cotidianamente, la descubro en la vida y en los demás.
Permiteme que te cuente una anécdota que relataba un Jesuita a propósito de esto de la santidad :

"Una clase de un colegio de primaria, con su tutor, acudió a ver una hermosa catedral. Los  chavales, al entrar en ella, quedaron admirados de su belleza. 
De repente, uno de los muchachos se acercó al profesor y señalándole las vidrieras le preguntó que quienes eran aquellos personajes representados en los cristales de colores. El profesor le dijo que eran santos...
Cuando volvieron a clase, el profesor les hizo varias preguntas sobre lo que habían visto. Una de ellas fue: ¿Que son los santos?. Y el muchacho que le había preguntado por los personajes de las vidrieras levantó la mano para contestar: 
                                             "Santos son aquellos que dejan pasar la luz"


Pues bien, no se si nuestros padres fueron santos, quizás fueran y son personas normales, con sus virtudes y defectos, como todos; lo que sí sé es que ciertamente dejaron pasar la Luz que hoy nos inunda a todos.
La santidad es testimonio de Dios en la historia concreta y ellos han sabido ser testigos.


Y para ti...¿que es "ser hijos de santos"?

Te quiero mucho. Hasta el domingo...

domingo, 7 de noviembre de 2010

Crear lazos

Alguien me ha preguntado esta semana que por qué había empezado este blog...
Yo le he dicho que para poder hablar contigo, para no dejar de estar cerca, para seguir compartiendo de la misma manera que hemos hecho tantas veces...
Pero el comentario de Silvia la semana pasada, me ha permitido pensar sobre la respuesta a esta pregunta...Cuando Silvia hablaba de lazos me hizo volver, de repente, a ese capítulo del Principito en el que el zorro y el pequeño Príncipe dialogan:



"¿Qué significa "domesticar" ?
- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."
- ¿Crear lazos ?
- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...
Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro...

– Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, domestícame!...


...Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.
- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado..."

Bueno pues, como en el Principito, a mi también me gusta crear lazos y cuidarlos; me gusta vivir y guardar en el corazón esos acontecimientos, grandes o pequeños, que la vida me permite compartir con las personas y que me unen a ellas para siempre: ratos de colegio y universidad, esfuerzos compartidos en el trabajo, dolor ante pérdidas irreparables, alegria en esas tertulias que deseábamos fueran interminables, noches sin pegar ojo, sueños de futuro, paseos junto al mar, presencia en tantos momentos en que había que tomar decisiones, compañía en los momentos singulares de la vida...Son oportunidades que se nos regalan para estar juntos y estoy convencida de que no suceden por casualidad; por eso me gusta, de vez en cuando, permitir que dichos momentos me conquisten e invadan de nuevo mientras el corazón se estremece y las lágrimas se asoman porque nadie las ve...

Todo el tiempo "que he perdido" contigo te convierte en algo único para mi y me siento responsable de ti para siempre. Eres único en el mundo y te necesito.

Y para ti...¿que significa crear lazos?

Te quiero mucho. Hasta el domingo

lunes, 1 de noviembre de 2010

Esto es para ti...

Llevaba ya tiempo queriendo compartir contigo... y esta mañana, la de todos los santos, me he levantado pronto y aprovechando el silencio y la paz que hay en casa mientras todos duermen me he dicho: !ahora comienzo el blog!

Me he propuesto escribirte cada domingo, para que tu también me escribas; recoger experiencias de la semana y contártelas, para que tu también me cuentes; saber que estamos juntos en lo cotidiano, para no sentirme sola; constatar y afirmar que merece la pena compartir porque al hacerlo se conmueve nuestro corazón...

Desde hoy, te pido que tu seas mi palabra, mi inspiración, mi espacio, mi silencio, mi oración...

Gracias por estar ahí. Te quiero mucho. Hasta el domingo...