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"Para Dios, nada es imposible" (Lc. 1,37)

domingo, 4 de noviembre de 2012

Bendición


No sé si te lo he contado alguna vez: mi marido y yo tenemos una consultora especializada en la ayuda al desarrollo de nuevos fármacos. Junto a nosotros trabaja un equipo maravilloso de gente buena y comprometida. Y, a pesar de las dificultades por las que atravesamos actualmente, yo diría que nos va bien...

A pesar de esto, y sin ninguna acritud, he de confesarte que yo no tengo vocación de empresaria; lo que a mí me hubiera gustado ser es un médico sencillo, apasionada por sus pacientes, encantada de poderles echar una mano si hiciera falta... Pero en la vida de cada uno suele cumplirse aquel texto tan bello de Isaías:

«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,ni vuestros caminos mis caminos», declara el Señor. Isaías 55:8



Supongo que por algo lo diría el profeta aquella vez...

Pero bueno, volviendo al tema de la empresa, en el último mes ha habido circunstancias, la mayoría conflictivas y dolorosas, que me han empujado a remodelarla... El viernes, por fin, logramos concluir su nueva forma y convoqué a familiares y a amigos a celebrarlo.

Una de mis amigas entonces- ¡gracias M.Jesús!-, hizo algo que creo cualifica cualquier acto humano que realizamos: trajo, a través de una sencilla oración, la presencia de Dios en nuestro empeño, en nuestros proyectos, en nuestro futuro... Yo siempre he pensado que cualquier acto bendecido por Él es garante de éxito (como yo quiero vivir esta palabra a veces tan malentendida).

Pues bien, hoy te regalo la bendición de mi amiga. Para que, al leerla, te unas a mí en este proyecto y que las palabras de esta oración en tu boca bendigan cualquier realidad por la que luches:

Bendice Señor esta empresa.
Trabaja con nosotros hoy, mañana y siempre.
Tú eres el mejor gerente y manejas nuestros activos y nuestros pasivos.
Como  multiplicaste los panes y los peces a través de tu Hijo Jesús, para dar de comer a un pueblo en el desierto, haz fecundo nuestro trabajo de equipo.
Líbranos de la envidia, la codicia, el egoísmo y de las malas influencias.
Danos un espíritu de servicio y una actitud tolerante, paciente, respetuosa y justa, con todos.
Enséñanos a compartir y a trabajar unidos como equipo, a ocupar el lugar que nos corresponde con responsabilidad y así contribuir a la calidad y éxito humano de la empresa.
Permítenos  ver  la prosperidad y abundancia  del fruto de  nuestro esfuerzo.
Bendice a todos los que se pongan en contacto con nosotros, a nuestros clientes, a nuestras familias y a todos nuestros amigos. Amén 




Te quiero mucho. Hasta Diciembre


Ana