Datos personales

Mi foto
"Para Dios, nada es imposible" (Lc. 1,37)

domingo, 25 de marzo de 2012

Desde la confianza


Esta semana te regalo una oración que hace mucho tiempo me acompaña. La rezo cuando la vida no me da más de sí; cuando me siento torpe; cuando la realidad - dura, exigente- supera lo que soy y puedo ofrecer...

La rezo, eso sí, con la confianza de un niño; con la alegría de no sentirme importante; con la virtud, aprendida a fuerza de tantas caídas, de no tomarme nunca en serio. 

Ha sido, por muchas razones, la oración que me ha acompañado esta semana. Ojalá la disfrutes. Ojalá te ayude. Ojalá me acompañes en ella.

Te quiero mucho. Hasta el domingo.



                   Oración del payaso

Señor:
Soy un trasto, pero te quiero,
te quiero terriblemente, locamente, que es
la única manera que tengo yo de amar,
porque, ¡sólo soy un payaso!
Ya hace años que salí de tus manos,
pronto, quizá, llegará el día en que
volveré a Ti...
Mi alforja está vacía, mis flores
mustias y descoloridas
sólo mi corazón está intacto...
Me espanta mi pobreza,
pero me consuela tu ternura.
Estoy ante Ti como un
cantarillo roto, pero con mi
mismo barro puedes hacer
otro a tu gusto...
Señor:
¿Qué te diré cuando me pidas
cuentas? Te diré que mi vida,
humanamente, ha sido
un fallo, que he volado
muy bajo.
Señor:
Acepta la ofrenda de este atardecer...
Mi vida, como una flauta, está llena
de agujeros...
pero tómala en tus manos divinas.
Que tu música pase
a través de mí y llegue
hasta mis hermanos
los hombres, que sea
para ellos ritmo y melodía
que acompañe su caminar,
alegría sencilla
de sus pasos cansados...
                                                                                              Menchu Soler

1 comentario:

  1. (De vuelta a la rutina tras un maravilloso viaje a Italia con mis alumnos). Me gusta la oración que propones, sencilla, directa, ... pero me gusta aún más el comentario "cuando la vida no me da más de sí". Es la sensación de las últimas semanas: necesitaría un día de 36 horas para hacer frente sólo a lo urgente, exámenes para corregir, notas por poner, controles por repasar con mis hijos, reuniones con tutores, recogidas de notas, ...
    La lista sería interminable, y sobre todo el regusto amargo de que se lo quitas a otras cosas que también son esenciales, aunque no puedes poner en el primer lugar de las prioridades. Me refiero a los momentos de comentar con mis hijos cómo ha ido el día, de ese breve gesto de amor para animarlos a seguir con el esfuerzo, del instante para una mirada cómplice con mi marido, de un momento de respiro para reconocerme como una persona viva y no un robot. Así que gracias por la oración, pero sobre todo por la excusa para parar un momento, respirar, mirar alrededor, y tomar aliento para la próxima etapa de la contra-reloj.
    Un beso.

    ResponderEliminar