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domingo, 11 de marzo de 2012

La música de nuestros hijos



Una vez, intentando aprender sobre acompañar a nuestros hijos en su proceso de crecimiento, el conferenciante nos preguntaba: ¿Tarareáis alguna de las canciones que disfrutan vuestros hijos? ¿En qué música "os habéis quedado"? 
Y su pregunta se quedó dando vueltas en mi cabeza de madre... 
He de confesarte que me horrorizó pensar el apuntarme a la música rap, dance,  tecno o hip hop mientras yo me siento tan a gusto refugiada en mis boleros, mi Sabina o mi Serrat ... Pero bueno, la pregunta ahí quedó, atenuada por mi pereza pero inquietando desde su verdad. 

Como las cosas nunca ocurren por casualidad, anoche me llamó María, mi hija: "mamá mira qué canción tan bonita ..." Entonces fui junto a ella... Entré en ese caos de habitación de adolescente; como pude y sin protestar, despejé la cama de tantos obstáculos para ella imprescindibles y me tumbé a su lado para compartir sus cascos, su música y su sentir... No me preguntes qué tipo de música escuché; ciertamente desconocida para un "dinosaurio" como yo... Pero fue en esa rendición cuando ocurrió el milagro: me sentí bien. Alguien más joven deseaba compartir conmigo aquello importante para ella; yo, ya mayor, rompía mis miedos y barreras para apuntarme, simplemente, al compartir... Y no sé si me quedé mucho con la música que oía porque, por milagro del amor, me encontré de vuelta a aquellos viejos tiempos en que yo era joven y me tumbaba sobre la hierba y la música me invitaba a soñar...Anoche, de nuevo, soñé con esa frescura y despreocupación con la que se sueña cuando uno tiene pocos años...

Creo que mi hija lo pasó bien. Seguro que no pensó "que madre tan moderna tengo" pero sí que se sintió transportada por esa mano que la ha sostenido desde siempre a  esa nube de sueños que es solo de ella.


Te quiero mucho. Hasta el domingo


Ana


4 comentarios:

  1. Las cosas nunca ocurren por casualidad. Es algo que cada vez voy teniendo más claro. Y también que existe una especie de herencia musical que inconscientemente transmitimos a nuestros hijos. La pasada Navidad por una casualidad de la vida paseábamos por Córdoba, cerca del Gran Teatro, que por cirto es una bombonera preciosa, cuano surgió la posibilidad de sacar entradas para un concierto de Pasión Vega, a la que tenía muchas ganas de ver en directo. Pregunté cuántos estaban dispuestos a venir, y para mi sorpresa, mi hija, autoridad en todas esas músicas modernas que mencionas, dijo "¡yo me apunto!". Al final han pospuesto el concierto para junio, pero el simple hecho de manifestar su disponibilidad a compartir ese rato con nosotros me emocionó. Me recordó al cariño que mi padre me transmitió por las canciones de Mª Dolores Pradera, tan ligada a mi vida,porque era lo que él escuchaba en la radio del coche cuando íbamos de viaje. La historia se repite, y las canciones que nuestros hijos escuchan, aunque sea en los breves intervalos en que desconectan sus MP no-se -cuantos, empiezan a formar también parte de su "mochila" cultural. Curioso, ¿verdad? Y lo más importante, la sensación de ir tendiendo lazos, a pesar de esa edad terrible que impulsa a romper cualquier hilo que huela a "padre". Esos detalles que ahora compartimos serán en un futuro no tan lejano las cartas naúticas que los traigan a puerto cuando por fín se decidan a volar solos. Un cine compartido, un café improvisado, un paseo conversado, son las cosas que más me unen a mis padres, y que ahora comienzo a compartir con mi hija. Espero que para ella sean detalles tan importantes como lo son para mí ahora. (!Este tipo de cosas no venían en los manuales de maternidad que nos entregaron al nacer nuestros hijos, así que son todo un descubrimiento¡)
    Un beso. Hasta el domingo.

    PD: El concierto te lo comentaré en Junio, porque lo han retrasado por enfermedad de la artista.

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  2. Ana por primera vez aquí me tienes, en esta otra vía de comunicación nueva para mí, (y no sé si sabré enviar el comentario por que lo estoy escribiendo por 2º vez) y es que siempre me he cortado en opinar a los temas que nos propones por ser transparente a tanta gente que te sigue. Pero bueno ya estoy aquí. Aprovecho para volver a decirte cómo me gustan tus textos tan cabales, siempre me sorprende tu capacidad de análisis tan intensa pero tan sencilla a la vez; qué suerte tenerte tan cercana a mí me ayudas a meditar, porque para meditar hay que parar y pensar y tú me facilitas la tarea, gracias de corazón. Hoy vuelves a tocar el tema de los hijos.. es tan dificil dejarnos llevar por ellos, cuando lo que queremos es llevarlos nosotros a ellos, pero es así como nos han educado,... tienes razón que hay que campiar el chip porque compartir esos ratos espontáneos, aunque estemos ataeadísimos, es la mejor inversión porque no se volverán a repetir. Y en cuanto a la Herecia Musical coincido con Lola, cuántas canciones de Serrat, Cortez, Perales..., cuando las oigo me retrotraen a aquellos viajes familiares, y es verdad que ahora mis hijos tambien van teniendo ese poso musical nuestro y les encanta que pongamos nuestros discosy asombrosamente los piden para recordar aquel viaje ó aquella época; asi que ya lo creo, hay que aprovecha cualquier resquicio de comunicación con ellos, siempre que sus cascos nos lo permitan. Con cariño te espero el próximo domingo, Buena semana y un beso, Sagrario

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  3. No se, no se, me cuesta creer que te gustara tanto esa "música de ahora", me atrevo a pensar que lo que mas te "cautivó" fue el hecho de que tu hija te llamara y te "dejara" estar un rato compartiendo con ella las dos sus cosas. Yo, tengo que reconocer que me quedé en Mecano, el Consorcio, Julio Iglesias (no me gusta la música que no sea en castellano)...y me horroriza la música de ahora que es una patada a los oidos y el buen gusto. Pero lo que cuentas me recuerda a la noche de "Nuestros sábados", cuando esperamos que lleguen a casa mis hijas (a Fernando ya como es natural no le esperamos, pues casi amaneceria)y los cuatro nos sentamos a picar algo y ver "nuestra película de los Sábados", los cuatro tan agusto. Es nuestro momento y nos gusta disfrutarlo y vivirlo semana a semana. Es casi como una tradición y mientras su edad nos lo permita intentaremos mantenerlo y disfrutarlo.
    Un beso, Fernando.

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  4. Ana, hoy es mi día por cuatro motivos...uno porque es mi santo...pero los otros tres son infinitamente más importantes...

    Además hoy mi mujer me ha regalado tu libro... que lo leeré poco a poco, saboreándolo...y el libro me ha traído hasta tu blog...

    Compartimos cosas, más allá de ser los dos santanderinos, y casi de la quinta...jeje

    seguimos en contacto. Un beso, José Antonio

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