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"Para Dios, nada es imposible" (Lc. 1,37)

domingo, 21 de noviembre de 2010

Les echo de menos

Es algo que ocurre cada mañana. Cerca de la casa en la que vivimos hay una iglesia en cuya puerta, como en tantas puertas de tantas iglesias, hay un mendigo.
Y cada mañana, cuando mi hija va al colegio, se produce el mismo ritual: se dan los buenos días, ella y el mendigo; y ella le pregunta a él si ha visto a su amiga, con la que queda para ir al colegio; y él le contesta a ella que aún no ha llegado pero que parece verla de lejos; y mi hija descubre, de repente, que se le ha olvidado la carpeta; y él le dice que vuelva a por ella y que le dirá a su amiga que espere; y mi hija vuelve corriendo a recuperar lo olvidado, y cuando vuelve con su carpeta a la puerta de la Iglesia, allí encuentra al mendigo con su amiga. Y las dos, dejan  a su mendigo en su soledad, con un "gracias" y "hasta mañana" que provoca sonrisas en los tres y también en mi que soy testigo a distancia...
Mientras tanto, estoy segura de que el Dios presente en la iglesia de nuestro mendigo, también sonríe al sentir que sus hijos son hermanos...

 Es algo que ocurre cada mañana y que nos da, a todos los que participamos en este ritual, la certeza de haber estrenado el día con cotidianidad, con apoyo, con seguridad, con alegría,...!Que importantes somos los unos para los otros!.
No se lo que pensarás tu de ello, pero nuestro paisaje cotidiano está hecho de presencias muchas veces imperceptibles pero imprescindibles. Y lo cierto es que, aunque nos "desconcierte" un poco, vivimos cohesionados los unos con los otros y dependemos unos de otros.Ya se lo contaba San Pablo a los Romanos:

            “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, 
             y todos miembros los unos de los otros”.  Romanos 12:5                                                                                                                                               
Somos muchos pero somos uno, somos distintos pero nos complementamos, nos ignoramos muchas veces pero nos necesitamos siempre...
Somos miembros unos de otros y somos un solo cuerpo.A esto le venimos llamando comunión. Y es un gran misterio: hay "algo" que nos comunica a los hombres entre si y, de la misma forma misteriosa, la comunión con los hombres se hace comunión con Dios.

Termino contándote que hace días que mi hija no va al colegio, un dolor fuerte de cadera le impide andar y la retiene en casa... Y hace días que tampoco veo al mendigo, ya no está apostado a la puerta de la Iglesia...A los dos les echo de menos.

Te quiero mucho. Hasta el domingo

1 comentario:

  1. Siento que se ha retrasado mi respuesta a tu Pregunta: Para tí qué es ser santo? Pero no quiero dejar de escribir algo que vivo en lo más hondo de mi existencia:
    Para mí es ser fiel a la herencia recibida de mis padres, a través de ellos conocí la existencia de Dios y su invitación al seguimiento de Jesús.
    Es perseverar en el conocimiento y profundidad de ese Mensaje que me hace consciente de la dignidad de hijo de Dios y hermana de Jesús y de todos los hombres.
    Es ser coherente en mi vida, con las palabras y las obras, cerca de los más próximos, de lo que significa y compromete pertenecer a esta Comunidad, que es la Iglesia.
    Es vivir la experiencia del Dios que habita en cada uno de nosotros y que clama por la comunión entre los hermanos hijos del mismo Padre, "Que hace salir el sol...para todos"

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