Al principio, como adultos jóvenes, asistimos a bodas, bautizos, comuniones, y celebramos la vida con el vigor que nos da el sentirnos casi, casi, inmortales.
Uno de estos consuelos, para mi, es la oración de San Agustín que te escribo a continuación. La aprendí cuando murió mi abuelo que a la vez era mi padrino, mi galán, mi héroe, mi estrella...En esos recordatorios que antes se hacían, mi abuela, mi madre y mis tíos imprimieron la oración para el recuerdo.
NO LLORES SI ME AMAS
"No llores si me amas ...
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo...Sí pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos...Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso...Si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen...
¡Cómo!... Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y, ¿no te resignas a verme y a amarme en el país de las inmutables realidades?
Créeme, cuando la muerte venga a romper las ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban; cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce, y tu alma venga a este cielo en el que te ha precedido la mía...Ese día volverás a verme. Sentirás que te sigo amando, que te amé, y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis feliz. Ya no esperando la muerte, sino avanzando conmigo, que te llevaré de la mano por los senderos nuevos de luz y vida.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas".
San Agustín
Te quiero mucho. Hasta el domingo
Ana
La vida de los que se nos van, para mí, continua y hay que saber vivir esa fidelidad de su presencia. Al pasar esa frontera misteriosa por la que se nos hacen invisibles a nuestros ojos, se nos da lo mejor de ellos, su vida en Dios.
ResponderEliminarGracias por traer esta reflexión a tu blog, a pesar de que son temas que "no venden". Besos
Mil gracias Ana por darme la oportunidad de reflexionar sobre nuestra existencia limitada y mortal. Lo único que nos consuela y abre confiadamente a la esperanza, es la seguridad de Cristo Crucificad-Resucitado, que ha sembrado en nuestros corazones la eternidad y que, en cada momento nos asiste con la fuerza invisible de Su Espíritu hasta que lleguemos al Padre.
ResponderEliminarTe quiero mucho!
Gracias x tus palabras .La verdad es q me gusta acompañar y me siento capacitada x ello y a la vez con cirto sentido del humor x saber desconectar incluso con 1 sonrisa .Puede que fuese el fallecimiento de mi abuelo Agustin , el 1º mas traumatico q recuerdo, el q.me dejo esta huella de acompañamiento , al prohirnos entrar en la UCI ni siquiera a darle 1 abracito , a pesar de llamarnos insistentemente con la mirada , lo q. provoco en mi 1 gran ira ,discutiendo con las enfermeras, pero pensando q. con mi tonito , al menos el pensaría q. a mi tb. me dolia .y luego se me han ido amigos jóvenes q además de la pena tb me preocupaba la horfandad de sus hijos.
ResponderEliminarDespués hubo 1 LAPSUS y ahora de nuevo , Mas amigas, ya no hay horfandad, pero si el cangelo de pensar ¡ jopelines ,si nos estamos haciendo mayores .
Yo tb te quiero y mucho
Loles
Continuo …. Aunque lo mas importante es aceptar la voluntad del Señor en cada momento , y saber que El nos estará esperando , pasando con El a una vida mejor , ( aunque en esta no se esta pero que nada mal--- ), y como siempre , dándole gracias –
ResponderEliminarBsss
Loles