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domingo, 3 de abril de 2011

El médico


Hoy te invito a que te fijes en el cuadro que ilustra mi página de este domingo: "The doctor".  Es un clásico de la ilustración médica. Fue pintado por Sir Luke Filde en 1891 y se encuentra expuesto en la Tate Gallery de Londres. Yo tengo una copia sencilla ocupando un lugar privilegiado en el despacho donde trabajo.

El autor pinta la escena impulsado por la muerte de su hijo en un día de Navidad e inspirado por la devoción profesional del médico que le cuidó. 

 "The doctor"  (Luke Filde)


Es una escena victoriana que no ha dejado de suceder en nuestro mundo moderno. Junto a la enfermedad, al sufrimiento, a la fuga de la vida, a la injusticia... hay un hombre sentado, solo, entregado, paciente, observador, sostenido por una taza de café, ajeno a todo...también al tiempo.

En un segundo plano, los padres de la niña. El padre, de pie, resistiendo; su mirada anclada en el médico,  portador de una ciencia -representada en el cuadro por un pequeño frasco de jarabe- muy lejana para el padre y de una esperanza que a ambos sostiene. La madre, abatida, con su rostro oculto, juntando sus manos cuando solo queda rezar.

Es una escena cuya esencia se repite cada día. Me dirás, y con razón, que las condiciones sociales, en nuestro mundo por lo menos, han cambiado; que la ciencia avanza y que, ya no quedan muchos médicos como el del cuadro... 
Pero ¿sabes?, junto a tantos cambios, lo que nos jugamos los seres humanos cada día ante la enfermedad, lo desnudos que ésta nos deja,  las actitudes y los sentimientos que la rodean permanecen invariables.  Porque el hombre es así: frágil y fuerte, desvalido e imbatible, solitario y solidario. La enfermedad nos sigue haciendo a todos vulnerables y, gracias a Dios, siempre hay un buen samaritano a nuestro lado. Aunque resulte paradójico, pocas cosas nos aproximan tanto al prójimo como la enfermedad y el sufrimiento.

Si te fijas, también en el cuadro aparecen signos de que la vida regresa a la pequeña: una luz redentora brilla sobre la niña; la madre siente la mano resucitadora del padre sobre su hombro; probablemente el pájaro de la ventana está volviendo a cantar y las flores saludan el día con cierto alivio...
La misma  luz redentora- que poco a poco se va imponiendo sobre la de la lámpara- alumbra también al médico: a ese hombre normal que sabe, sobre todo, estar ahí, permanecer...
Probablemente un poco más tarde, recogerá su sombrero olvidado encima de la mesa y marchará entre conmovido y agradecido por haber sido testigo de tanto milagro.

¡Dichosa profesión la de médico! ¡Que suerte haber sido bendecida con ella! ¡Que vocación tan hermosa, la de servir a todos, siempre y sin tiempo, con la conciencia de haber sido tocados por la gracia para "oficiar todos los días de nuestra vida con fe y amor en el altar de la esperanza"!


Te quiero mucho. Hasta el domingo

Ana

5 comentarios:

  1. Felicidades por cómo entiendes tu profesión, más que una profesión una bendición.
    La enfermedad se minimiza cuando a tu lado sabes que hay gentes buenas que te hacen sentirte mejor y cuando tu fe te ayuda a no desesperar.
    Feliz domingo y que estéis bien.

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  2. Mª Jesús García3 de abril de 2011, 13:49

    Me encanta saber y experimentar de cerca que es verdad, que siguen existiento los samaritanos...
    ¿de almas? ¿de cuerpos? No, de la persona en su vulnerabilidad.Oficiar cada día en el "altar de la esperanza" preciosa metáfora para ejercer todo samaritano en el camino, y la profesión médica ¡Es tan sagrada! Gracias.

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  3. Querida Ana, amiga, madre, compañera y ...médico.

    Te admiro a cuatro partes iguales.

    En este caso me ceñiré a tu vocación como médico.

    Me parece taaaannn dificil, taaannn pesada la carga... que no puedo por menos que rendir un pequeño reconocimiento en este blog a todas las personas que en algún momento de nuestras vidas han cuidado de nosotros cuando hemos estado enfermos y a los que en un futuro nos atenderán.

    Doy gracias todos los días por tener una familia sana,... pero doy gracias también por poder contar con la seguridad de que si caemos enfermos habrá un médico a nuestro lado que nos cuidará.

    Teniendo en cuenta la fragilidad del ser humano, y más cuando enfermamos, sólo podemos confiar en ellos, en vosotros.
    Bendita profesión, y ¡FELICIDADES!

    Besos a Tomy y María.

    Encarni.

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  4. Emocionante la luz que derrochas en el cuadro que, de esta maravillosa estampa, tú nos muestras. ¿Puede haber algo más duro que la muerte de un hijo? y sin embargo nos muestras la luz, la luz de la vida y la esperanza que acepta , que acompaña, que VIVE en salud en medio de la enfermedad.
    Gracias, ANA.

    Ángela

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  5. Ana....no he escrito antes por miedo a ser dura, muy dura con esta profesión " dichosa " que de vocacional...ya no tiene nada !!!!!Sólo los más aplicados, intelectualmente hablando, pueden acceder a las facultades de medicina con todos sus sobresalientes !!!!! AUNQUE NO MIREN JAMÁS A LOS OJOS DE SUS ENFERMOS. Verás, ayer domingo me encontré a dos teresianas !. Pues bien, me las encuntro en mi parroquia de mis queridos Salesianos...todo el sector reunido y ....se me olvida lo más importante, de repente una mujer grande por fuera ( creo que por dentro también )se me avalanza para besarme y saludarme...ante la atónita mirada de alguna que otra ????( me falta práctica y se me olvida que esto no es un correo ) Sigo...pues una me cuenta con su naturalidad tan desprovista de disimulos que le acaban de operar de un cáncer de mama y que se encontraba estupenda y contenta. Ante mi comentario de que tengo una amiga gine en el hospital, me contesta que la conocia y que al hablar con ella le preguntó ante su desconocimiento , para dirigir su agardecimiento, qué QUIÉN LA HABÍA OPERADO ???? Ella le contesta que el catedrático jefe del servicio, el mejor , y le pidió que le agradeciera en su nombre el servicio prestado...ya que no era otra cosa... porque no había tenido ni el gusto ni la oportunidad de MIRARSE A LOS OJOS.
    Querida Doctora Gurtierrez, me dirijo a usted con la intención de agradecer sus palabras y su ilustración e explicación , a acerca del doctor inglés que ...sí que mira a los ojos...incluso cuando están cerrados de agotamiento y sufrimiento. Me causa una grave tristeza comunicarle que en mi país,los médicos piensan que MIRARSE A LOS OJOS ES COSA DE ENAMORADOS.
    Moraleja: si te pones enferma....buscate un doctor al que le gustes...................

    Tengo mucho que decir y me falta soltura...ya hablaremos

    Un besazo y mil gracias.
    manuela

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