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domingo, 10 de abril de 2011

Pájaros y ramas


“Somos como pájaros en una rama, podemos echar a volar en cualquier momento –dice uno de los monjes.-No, te equivocas, –le contesta la mujer– nosotros somos los pájaros y vosotros sois la rama. Si os vais, no nos queda nada.”

La película "De dioses y hombres" (Xavier BeauvoisFrancia. 2010), de la que extraigo el diálogo a pie de foto, nos cuenta la historia real de unos  monjes cistercienses asesinados por integristas islámicos en Tibhirine, Argelia, en 1996. 
Los monjes, desde su monasterio instalado en el monte Atlas, llevan años sirviendo a sus vecinos de religión musulmana y ortodoxa que les quieren, les respetan y les necesitan. Por ello, cuando ante la amenaza de muerte, los religiosos se plantean si abandonar o no el lugar, una vecina  les dice que, si se van, el pueblo al que ella representa  y ellos tanto aman no sabrá donde posarse. 

Este diálogo que te transcribo me lleva a pensar sobre nuestro ser...sobre nuestro ser pájaros y nuestro ser ramas...
Resulta que somos pájaros; podemos volar, y de hecho lo hacemos para, de vez en cuando, regresar a descansar a nuestra rama: esa que hace mucho tiempo elegimos; a la que ya nos hemos acostumbrado; esa a la que llenamos con nuestra existencia; la que nos espera siempre; la que nos permite recobrar fuerzas y nos consuela tras nuestra jornada; desde la que solemos cantar cuando llega la primavera y en la que nos guarecemos en los días fríos de invierno; la que permanece fiel desde hace tanto tiempo a pesar de nuestras idas y venidas...
¿En dónde o en quien nos posamos? 
Y somos pájaros libres: podemos, cuando queramos, echar a volar lejos  y abandonar todo aquello que nos sostiene y también, de una extraña manera, nos retiene...
Y, si un día nos fuéramos, ¿qué sería de nuestra rama: seguiría viva a pesar de nuestra ausencia o se secaría por la pena de constatar que su misión podría haber acabado? ¿Qué pasaría con nosotros: encontraríamos otra rama, volaríamos eternamente sin descanso o moriríamos extenuados y sin sostén?

Resulta que también somos ramas...Servimos de apoyo para algunos o para algo. ¿A quién, con nuestra presencia, sostenemos? ¿A quién servimos? ¿A quién recibimos con alegría y generosidad siempre? ¿De quién son las ilusiones, las penas, las luchas, los logros de los que secretamente somos depositarios?  ¿Qué o quienes son aquellos que, si faltamos, tendrán que pensar donde descansar?

Somos pájaros y somos ramas... 
¿Y no será que todos formamos parte de ese árbol al que pájaros y ramas embellecen? 

Te quiero mucho. Hasta el domingo.

Ana

3 comentarios:

  1. Pues pobre de la rama en lo que yo me poso. Lo digo por aquello de mis noventa kilazos de peso. jejej. En fin, venga un poco de ironía ante la belleza de la realidad que nos planteas con tanta razón.
    Ojalá yo pueda ser rama para muchos pájaros.
    Cuidaos y feliz semana.
    Besos cariñosos.

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  2. La reflexión de hoy me hace pensar en muchos dualismos: somos criaturas de acción pero también de contemplación (o sea, cada ser humano es un poco de María y un poco de Marta); somos materia y al mismo tiempo espíritu; nos encanta viajar pero también nos encanta volver a nuestros hogares. Somos ramas y pájaros y creo que el gran error del individualismo exacerbado de nuestro tiempo y la libertad mal entendida es que pensamos que somos pájaros que pueden volar libremente adonde nos da la gana pero olvidamos que, sin una rama donde posarnos y descansar acabaremos, como dice Ana, extenuados. Más importante aún, olvidamos que somos ramas para los demás que necesitan nuestro apoyo y solidaridad. Solamente podemos ser realmente felices si reconocemos nuestra naturaleza dual de 'ramas y pájaros'

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  3. mª Jesús García13 de abril de 2011, 17:41

    El último interrogante que planteas me sugiere un hermoso texto del Evangelio, el del sarmiento y la vid, que comenta Poveda con tanta fuerza.
    ¡Pobre sarmiento si pierde la unión con la vid, para nada sirve!
    Así me imagino yo ese árbol al que pájaros y ramas embellecen.
    Siento que pertenecemos por suerte al Reino, a la Iglesia de Dios, y por esto, somos pájaros que necesitamos posar y cuidar nuestro entronque, como rama, al árbol de la VIDA, y con la responsabiblidad que nos otorga la pertenencia,cuidar de los que "cerca" de nosotros anidan.
    Sí, somos parte de ese árbol y también como pájaros libres, necesitamos esa referencia y seguridad. Besos.

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