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domingo, 8 de enero de 2012

El regalo de conversar

Santa Cena de Salzillo

Acabamos de terminar las Navidades, ese periodo tan especial del año que solicita de nosotros una cierta agilidad para movilizarnos o para ensanchar nuestra casa, para pensar en los otros y multiplicar el pan.

La mayoría de nosotros diría que no hacemos nada "especial"; quizás, lo más frecuente sea reunirnos en torno a una mesa con aquellos a los que nos unen lazos de sangre- paradójicamente los que menos frecuentamos a diario- y reencontrarnos al permitir que, sin interrupciones, transcurra el tiempo que se nos regala para estar y conversar...
Conversar, practicar el arte de acoger al otro como llega, de mirarlo y dejarnos mirar, de regalarnos mutuamente el tiempo,  de curarnos recíprocamente...
He aprendido que la palabra conversar viene del latín “conversus” que significa “convertirse”. ¡Y qué razón tiene! Porque a medida que vamos conversando, sin querer, nos convertimos en alguien distinto; las palabras de otros, si nos dejamos, nos van transformando... Y, tras la conversación, si lo permitimos, no somos nunca los mismos que antes de haberla iniciado...

Quizá ese sea el regalo mas hermoso que un Recién Nacido nos ofrece  por Navidad: el encontrarnos juntos, contemplándolo y contemplando esas vidas- las nuestras- por las que Él ha venido a este mundo.
Si lo pensamos un poco, Él siempre nos quiso reunidos; de Niño, junto a un portal, convocó desde pastores a reyes; como adulto, disfrutó en torno a la mesa con amigos y multitudes. Se despidió con una última cena y nos pidió que lo siguiéramos haciendo en memoria suya...
Y nosotros, sin darnos cuenta, una vez al año al menos, cumplimos con tan santa tradición... Bendita sea ésta; que la sepamos cuidar y apreciar cada vez que se nos regale.


Te quiero mucho. Hasta el domingo


Ana


3 comentarios:

  1. Así es, Ana. Conversar es disfrutar compartiendo y escuchando. Feliz 2012, que nos sigamos leyendo, conversando a través de la palabra escrita.
    Besos cariñosos y feliz año.

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  2. ¡Gracias! Que importante es reflexionar en estas tradiciones que repetimos a veces sin profundizar en su sentido profundo.
    Deseo para este 2012 y siguientes, la apertura de corazón que necesita el dialogo, para "convertir", a través de la escucha, aquello a lo que nos aferramos absurdamente, solo muchas veces, porque es nuestro, olvidando la riqueza que encierra lo que aporta el que con nosotros habla. Besos

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  3. El Blog de hoy me ha hecho reflexionar sobre la importancia de la palabra en nuestras vidas humanas. San Juan habla de Jesús como la Palabra hecha carne. Para los griegos la figura mítica Prometeo fue el gran amigo de los hombres porque les regaló el fuego, pero el don de la palabra me parece mucho más importante, puesto que el lenguaje es uno de los atributos que más nos distinguen del resto del reino animal.
    El lenguaje juega un papel fundamental en nuestro pensar-¿cuántas veces nos cuesta aclarar nuestros pensamientos sobre algún tema hasta que lo formulemos en palabras?
    También, como animales sociales, el lenguaje nos permite comunicar nuestros pensamientos, conocimientos y sentimientos a los demás.
    Por supuesto, como todos los recursos disponibles al ser humano, se puede usar bien la palabra o abusar de ella. Hay conversaciones fructíferas que nos enriquecen y que ensanchan nuestro entendimiento y conversaciones banales, conversaciones que no son sino ruidos que emitimos para huir del silencio.
    Pero peor, y mucho más peligrosa que la cháchara estéril es la manipulación deliberada del lenguaje-el uso del lenguaje no para comunicar la verdad sino para esconder o ocultar una realidad vergonzante detrás de un eufemismo.....por ejemplo, el uso del término ‘interrupción del embarazo’ en vez de aborto (personalmente suelo asociar el término interrupción con algo reversible pero, que yo sepa, un embarazo terminado no se puede reanudar) o el uso del término ‘la solución final del problema Judío’ por los Nazis al referirse a Holocausto.
    Jesús no es solamente la Palabra sino la Verdad. Tenemos que usar la palabra para transmitir la verdad y profundizar en nuestro entendimiento de ella.
    Es más importante que nunca cuidar del lenguaje en una época en la que el vocabulario manejado por los jóvenes está reduciéndose y la imagen visual está cobrando más protagonismo que la palabra hablada o escrita. A pesar de lo que dice el famosa refrán ‘una imagen vale mil palabras’, la palabra es el vehículo de transmisión más importante de nuestros tesoros culturales e intelectuales y si nuestra lenguaje se empobrece, seremos un poco menos humanos.

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