No sé lo que le pides tú al Año
Nuevo; desconozco tus aspiraciones más nobles y profundas, tan solo deseo que
se cumplan.
Yo hace muchos años que no pido nada... Siempre recuerdo aquel viejo dicho: "Hay que tener mucho cuidado
con lo que se desea porque se acaba obteniendo..."
Pero, en fin, dando vueltas a esto de un nuevo año, a los deseos y propósitos que hacemos con la ilusión de estrenar
etapa en la vida, llegó a mis manos un bellísimo texto del profeta Isaías
del que te escribo algunas lineas:
“Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus
lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas, porque te
extenderás a derecha e izquierda: tu estirpe heredará las naciones y
poblará ciudades desiertas...
Podrán desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá ni mi alianza de paz vacilará, dice el Señor, que te quiere”. Isaías (54, 1-10)
Podrán desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá ni mi alianza de paz vacilará, dice el Señor, que te quiere”. Isaías (54, 1-10)
Y es que parece que, en vez de pedir, se nos pidiera el don de
confiar, de no tener miedo, de tener fe en que todo va a ir bien, de vivir con
la certeza de que Alguien mucho más grande que nosotros nos cuida y sabe lo que
necesitamos, de creernos que nunca nos faltará lo básico y, que lo demás, se nos
dará por añadidura.
Así que este es mi único deseo que también pido para ti: la
confianza del corazón, esa que nos lleva a tener fe en Dios, en los demás y en
el devenir de la vida. La confianza profunda, que en lugar de proponernos la huida de nuestras realidades nos invita a permanecer, a arriesgarnos, a volvernos
a levantar...Que esa no nos falte nunca porque, como dijo el hermano Roger de
Taizé:
"Si la confianza del corazón estuviera al principio de
todo...si ella precediera toda acción pequeña o grande...tu irías lejos, muy
lejos!
Te quiero mucho. Hasta el domingo
Ana
Precioso tu comentario para comenzar el Año. Pido a Dios que siga bendiciendo tu vida y te siga regalando con esa palabra precisa y bella que pone en tus labios y junto a ella tu son risa, que atrae y acerca al origen de la ternura, a la esperanza. ¡Féliz Año!
ResponderEliminar(Aunque sea algo tarde, más vale tarde ...)
ResponderEliminarDe nuevo me haces reflexionar sobre lo cotidiano, y te lo agradezco. Todavía frescas las frases que nos hemos dedicado estas semanas atrás entre aquellos a los que tratamos, frases más o menos convencionales, tal vez con un poco de humor para alegrar algo el oscuro panorama que dibujan las noticias, de pronto me haces caer en la cuenta de lo que de verdad deberíamos haber deseado: el don de confiar, de no temer, vivir con certeza... .Tal vez no suene tan convencional como lo de "próspero año nuevo", pero es mucho más real, más auténtico. Los tiempos que nos están tocando no exigen otra cosa. Para los altibajos de cada día sólo hay una manera de hacer frente: confiar. Es difícil, no nos engañemos, pero es esa confianza profunda en que Dios no nos va soltar de la mano lo único que puede llevarnos a encontrar un poco de luz en esta realidad sombría. Eso, y asumir que también nosotros debemos llevar de la mano a los demás, debemos infundir confianza a nuestro alrededor, debemos compartir lo poco o mucho que tengamos para que otros puedan seguir caminando... y confiando. Tal vez sea el momento de postergar el "próspero" por el "cierto Año Nuevo". Gracias de nuevo. Besos.