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"Para Dios, nada es imposible" (Lc. 1,37)

domingo, 6 de mayo de 2012

El ejemplo para transmitir la fe


Gracias por tus comentarios de la semana pasada. Hablabas del ejemplo: "la propia vida, el testimonio personal, es la mejor "palabra" que expresa dónde está nuestro tesoro... Hay gestos de apertura al otro, de generosidad, de estima y valoración de las personas, que hablan muy claro y muy alto de Evangelio en el siglo XXI." 
Decías también: "El ejemplo no es sólo acudir con ellos a misa cada domingo. Es, sobre todo, vivir la Fe en pequeños gestos a lo largo del día..."

Y esto que tu expresas, lo dejo escrito San Pedro Poveda
"El ejemplo vuestro será la asignatura que mejor aprenderán vuestros hijos. Si vosotros sois como debéis ser, vuestros hijos acabarán siendo como vosotros queréis que sean”.

En otras palabras, Poveda está convencido de que, si somos coherentes, acabamos transmitiendo el Dios en el que creemos.


Ser coherentes para poder transmitir. .. Y, ¿cómo hemos ido, casi sin darnos cuenta, haciendo cotidiano y transmisible a ese Dios que preside nuestras vidas? 
Pues yo creo que a base de ritos, de detalles pequeños, de tradiciones...
Por eso siento que hay ritos que no quiero romper a pesar de que los tiempos cambien: no quiero cada noche renunciar a acercarme a la cama de mi hija para rezar, para repasar ese día y reír con las cosas buenas que nos han pasado y pedir por las situaciones difíciles o por un examen que le toca hacer al día siguiente o por su padre o por su abuela o por los que están lejos y recordar a aquellos que necesitan de nuestra oración; no quiero renunciar a seguir bendiciendo la mesa porque estoy convencida de que poder comer cada día, y más en los tiempos que vivimos, es ser afortunado; no quiero dejar de ir a misa con mi marido, aunque a nosotros también a veces nos resulte aburrida, porque es el momento de la semana en el que me encuentro con Dios a solas y con  los hermanos; no quiero renunciar al trabajo bien hecho; quiero seguir intentando ser una buena persona: responsable, disponible, sociable; quiero siempre expresar mi identidad: que ésta sea explícitamente vivida. 

Es, como lo llamabas, “esa "hucha de pequeños gestos", en la que vamos poniendo nuestra "monedita" diaria, convencida de que con el tiempo tendrán un mediano "capital" de Fe, de valores cristianos que les ayuden a iniciar su camino adulto en solitario”

Al fin y al cabo, la elocuencia más eficaz es la forma de ser. Si lo piensas...en nuestras vidas, ¿cuántas personas nos han impactado por su forma de ser sin que fueran específicamente elocuentes?


Te quiero mucho. Hasta el domingo

Ana

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho la cita de Pedro Poveda que incluyes hoy. Creo que resume en poquísimas palabras lo que tú y tantos otros, entre los que me incluyo, intentamos hacer realidad cada día. Es la coherencia, en suma. Creo firmemente que ese código de conducta cala, como ninguna otra cosa, en la forma de ser de nuestros hijos. Luego, crecerán, volarán solos, recibirán aires de todas las procedencias, y a veces, a nuestro pesar, variarán su rumbo, y discutirán sus diferencias con nosotros. Pero ese estilo que caló en ellos permanecerá por debajo de todo, será una seña de identidad para los que los acompañen, como esos rasgos físicos comunes que nos hacen decir "todos los hermanos tienen el mismo aire de familia". Todo esto que te cuento, creo que lo hablábamos hace unos días, lo he visto en mi familia. Somos hermanos muy diferentes, cada uno ha hecho su vida como Dios le ha dado a entender, unos somos más creyentes, otros menos, unos altos, otros morenos, otros más rubios..., pero todos los que se han ido agregando a la familia coinciden en que compartimos, además de los mismos ojos o la misma sonrisa , la misma forma de volcarnos en el trabajo, la misma energía para encarar las dificultades..., el mismo "estilo de vida". Nunca recibimos clases sobre eso, pero el ejemplo de nuestros padres caló mucho más de lo que nunca pudimos imaginar. (Por cierto, que algún día de estos tendré que escrbirle a mi padre algo sobre ello, se lo debo).
    Hasta el domingo que viene.

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  2. "Quiero siempre expresar mi identidad: que ésta sea explícitamente vivida". este es el deseo con el que cerrabas tu blog el domingo pasado.
    Me he quedado reflexionando en este pensamiento tuyo que encierra, para mí, una gran sabiduría y coherencia. Pues es camino de sana identidad, de madurez equilibrada y autocrítica porque se contrasta con gusto con el exterior,es espontánea y abierta a lo inesperado e imprevisible,y así va conquistando una verdadera libertad.

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