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"Para Dios, nada es imposible" (Lc. 1,37)

domingo, 24 de junio de 2012

Los mas afortunados



Me encanta escuchar música: me hace pensar, me da alegría, me eleva... Y suelo hacerlo sin complejos, con mis auriculares cuando voy de un sitio a otro. Pues bien, el otro día subiendo a un autobús abarrotado de gente en un Madrid ya caluroso, mi aparato de música me ofreció la canción- ya antigua aunque siempre nueva- de Barbra Streisand: "People"

No sé si la recuerdas pero, traducido al castellano dice algo así como:
 "la gente que necesita a los demás es la gente mas afortunada del mundo"                       ("people who need people are the luckiest people in the world")
Y me quedé pensando en esta frase que me hizo sonreír cuando, con la mas profunda humildad, me reconocí entre esos afortunados que la canción menciona.

Tengo que reconocer, con alegría, que necesito a los demás: te necesito a ti y a tantos como me rodean; necesito a aquellos con quienes comparto mi cotidianidad; necesito a los que están lejos; necesito a la gente anónima que va por la calle; necesito a aquellos que viven otros mundos, otras circunstancias... Porque, y a pesar de la lata que de vez en cuando nos demos los unos a los otros, ¿te imaginas un mundo sin gente? ¿Te imaginas nuestra propia vida sin los demás?

Si lo pensamos, nuestra existencia está jalonada de recuerdos protagonizados por y con los demás: es el pasado hecho a base de ellos...
El presente se hace con la interacción de todos: uno sabe solo que existe gracias a los demás- son ellos quienes hacen memoria nuestra y nos dicen que estamos vivos...
El futuro se apoya en la esperanza de los que son más jóvenes...
¡Cuantas veces deberíamos darnos las gracias por compartir la existencia! Por tener a nuestro lado a gente que nos quiere tal y como somos, por concedérsenos la oportunidad de querer...

No lo sé, quizá sea porque se me ha otorgado la gracia de ver a Dios en cada uno, pero soy de esa gente que necesita mucho a los otros y eso hace de la tierra que habito un cielo.

Te quiero mucho. Hasta el domingo

Ana

4 comentarios:

  1. Yo también me incluyo entre esos afortunados. Soy "animal gregario", lo confieso. Busco la soledad sólo en momentos concretos, como el enfermo busca el remedio a su mal, pero no a su vida. Ayer mismo encontré por casualidad un rato "para mí", para desintoxicarme del estrés de los últimos días (corrección de exámenes, cálculos de medias...) y me fuí por la playa dando un largo paseo, con esa sensación extraña que da el caminar en solitario por un sitio bastante concurrido, espectadora de la vida de los otros. Y volví a casa realmente relajada. Pero con eso tengo suficiente. Necesito el contacto con los demás como el pez necesita del agua. Necesito la charla, las risas, la caricia, el abrazo..., tanto que cuando me faltan me mustio como las flores sin agua. Al leer tu entrada de hoy, al escuchar esa preciosa canción, que también tenía medio olvidada, me doy cuenta de que a través de la pequeñez de sentirse dependiente de los demás encontramos la grandeza del género humano, la necesidad de amar y ser amado por los otros. Eso es para mí también el cielo en la tierra. Un beso.

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  2. Querida Ana: habiendo leído estos últimos domingos tus mensajes, me he quedado con unas frases sueltas, como:.."que la recolección no es tarea nuestra..; hablando de crisis..el valor de lo fundamental (gratuito); el pasaje de San Mateo ..cada día tiene su afán..; que Dios no abandona a los que ama; y que se puede volver a ser feliz..", me ha parecido una buena idea compartir con todos, una reflexión sobre el Padrenuestro que he leído hace un par de dias, en uno de mis libros de cabecera, y transcribo a continuación:


    //Danos hoy nuestro pan de cada dia…

    Se cuenta en una vieja leyenda oriental que cierto rey entregaba a su hijo los víveres necesarios para vivir holgadamente los doce meses del año. En esta ocasión, que coincidía con la primera luna del año, el hijo veía el rostro de su padre, el monarca. Pero éste mudó de parecer y decidió poner en manos del príncipe, cada vez, las provisiones que había de consumir en ese día. De esta forma podía saludar diariamente a su hijo, y el príncipe ver el rostro del rey. Algo parecido ha querido hacer nuestro Padre Dios con nosotros.
    El pan de cada día supone la oración de la jornada que comienza. Pedir solamente para hoy significa reconocer que tendremos un nuevo encuentro con nuestro Padre del Cielo mañana. ¿No hallamos en esta previsión la voluntad del Señor de que recemos cada día la oración que Él nos enseñó?.
    El Señor nos enseñó a pedir en la palabra pan todo lo que necesitamos para vivir como hijos de Dios: fe, esperanza, amor, alegría, alimento para el cuerpo y para el alma, fe para ver en los acontecimientos diarios la voluntad de Dios, corazón grande para comprender y ayudar a todos…El pan es el símbolo de todos los dones que nos llegan de Dios. Pedimos aquí, en primer lugar, el sustento que cubra las necesidades de esta vida; después, lo necesario para la salud del alma.
    Al pedir pan de cada día estamos aceptando que toda nuestra existencia depende de Dios. El Señor ha querido que le pidamos cada jornada aquello que nos es necesario, para que constantemente recordemos que Dios es nuestro Padre, y nosotros unos hijos necesitados que no podemos valernos por nosotros mismos.
    Al decir pan nuestro, el Señor ha querido una vez más que no olvidemos a nuestros hermanos, especialmente a los más necesitados.//

    Con mucho cariño, Silvia

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  3. Ana, precisamente porque te necesito yo también a ti, me gustaría que me acompañases en la presentación de mis Huellas de Luz el próximo martes día 3 a las 19.30 hs. Espero que, si ya las has empezado a leer, te estén dando luz que he querido ofrecer con ellas.
    Lo dicho. Con cariño.
    Besitos de luz.

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  4. Aunque a veces busquemos la soledad, un poco de paz...no por ello somos seres solitarios. Necesitamos a los demás para vivir. Tú te imaginas que no pudieras hablar con nadie, reirte, llorar, ponerte en su situación,celebrar, viajar, rezar...no seríamos personas. Dios nos creó seres racionales para vivir en comunidad, esta es la grandeza del ser humano y en la capacidad que tiene de saber convivir y respetar al otro. En ello se mide que sea "mas o menos persona". Si no nos relacionáramos con los demás, ¿para que serviría la cultura?,tendríamos una religiosidad pobre, nos faltaría la riqueza que nos proporciona la comunidad; y ¿para que los avances de la ciencia y la medicina?, ¿los habría?, ¿y el arte y la literatura? ...
    Decididamente todos nos necesitamos, a ver cuando nos damos cuenta e ello!.
    Un beso, Fernando.

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